Esto
avanza, y las modificaciones del Marbella cada vez son más visibles. Vamos un
poco retrasados en las actualizaciones, pero entre las obligaciones personales
y que estamos a dos semanas del inicio de todo esto, os tenemos un poco
abandonados.
En
lo que respecta a las mejoras de la suspensión del coche, buscamos, por un lado,
comodidad para nuestras cervicales y, por otro, evitar golpear con los bajos
del coche en el terreno. Por tanto teníamos que ganar altura y, a la vez, mejor
absorción de los impactos.
Antes
de explicaros lo que hicimos, tanto con la suspensión delantera como con la
trasera, para solventar lo anteriormente mencionado, deciros que lo primero que
nos hizo ganar ya algo de altura (unos 3 cm) fueron las pedazo de ruedas con
las que vamos a afrontar el raid, o, al menos, las partes más exigentes. Así,
los zapatitos que compramos para el Marbella son unas ruedas FEDIMA F/OR 155/80
R13 M+S. En el siguiente enlace podéis ver todas las especificaciones de las
mismas:
Con
los nuevos neumáticos montados ya nos hacíamos una idea de lo que necesitabamos conseguir. A plantear ideas de cómo
conseguirlo.
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Detalle de los neumáticos. |
Suspensión trasera
Lo
más evidente aquí era prolongar las gemelas, parte posterior del anclaje de la
ballesta. Y así lo hicimos con bastante antelación, antes incluso de empezar
con la modificación, es decir, fabricamos unas gemelas que permitían variar la
altura como más nos conviniera, pero el día que quisimos sustituir las
originales por estas nos fue imposible, debido al diámetro de los agujeros del
chasis sobre los cuales van ancladas las gemelas. Trabajo y tiempo perdido.
Solución, tuvimos que modificar las gemelas originales, muy a nuestro pesar,
pero es una pieza que podemos volver a su estado original o conseguir un
recambio a un precio razonable.
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Bilstein. |
La
suspensión trasera está compuesta de ballesta y amortiguador. La ballesta es de
una sola lámina y nosotros decidimos añadir una más. Casualmente contábamos con
un puente trasero de un Marbella en nuestros almacenes. Cortamos los extremos y
la metimos por debajo de la original. Parece sencillo, pero plantó batalla,
además de tener que sustituir un tornillo centrador por otro más largo que
abarcara ambas. Con este cambio la estabilidad y dureza del coche mejoró
notablemente. El problema nos lo encontramos con el amortiguador de serie,
quedaba demasiado estirado. Y aquí le dimos un toque de calidad al conjunto al
añadir unos amortiguadores Bilstein de gas que, al igual que el puente trasero,
estaban cogiendo polvo en nuestros almacenes. Para poder encajarlos tuvimos que
fabricar una pieza que enroscara en el vástago del amortiguador, con un trozo
de macizo cuadrado y una tuerca conseguimos que quedara en su sitio. Además, intercambiamos las piezas de lado sobre las que ancla el amortiguador en la parte inferior, ganando más recorrido y verticalidad de trabajo.
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Doble ballesta y el Bilstein con el anclaje superior. |
El
resultado final no podía haber sido más satisfactorio. Y las pruebas, incluso
con peso (180 kilos y nosotros dos), así lo demostraron.
Suspensión delantera
Amortiguador
y muelle. Durante principios de los 90 había lo que se conocía como Copa
Marbella, tanto en circuitos como en tierra, los elementos que mejoraban las
prestaciones de los coches eran innumerables, y para los que corrían en tierra existían unos
amortiguadores Koni que iban perfectos. Ilusos de nosotros que pensábamos que algo
habría de segunda mano. Descartado. Encontramos información de que gente
montaba los muelles de los primeros Skoda Felicia, fue como buscar una aguja en
un pajar.
Al
final la decisión fue encargar unos muelles a medida. Bueno, nos los hacen, los
cambiamos y problema resuelto. De fácil nada. Lo primero por el riesgo que
supuso desmontar los muelles, y lo segundo porque fueron dos pares de muelles
los que nos tuvieron que hacer. Los primero cedieron más de lo que pensábamos,
incluso el delantero derecho cedió aún más que su pareja; y los segundos,
metidos en prensa antes de montarlos, no llegaban a dar la altura que
deseábamos. Hacer unos terceros supondría acortar el paso entre las vueltas con
lo que el riesgo de “hacer tope” aumentaba.
¿Qué
podíamos hacer? ¿Dejarlo así y modificar la parte trasera? Después de lo bien
que había quedado atrás era una pena deshacer el trabajo. Optamos por meter
unos forros de teflón de 3 cm para conseguir la altura que queríamos. Para ello
hubo que modificar las copelas, pero al igual que las gemelas, existen
recambios a buen precio.
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Muelles definitivos. |
¡Y
ahora sí! Listo y a probar. Espectacular el comportamiento del coche, se
conduce bien, pasa perfectamente por cualquier terreno esté como esté de
bacheado, aguanta la carga de los dos más el peso que le metemos atrás sin
perder mucha altura…
Ciertamente
es un lujo obtener resultados así después de las vueltas y revueltas que se dan
hasta conseguir dar con la solución…
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