domingo, 22 de febrero de 2015

SUSPENSIÓN




Esto avanza, y las modificaciones del Marbella cada vez son más visibles. Vamos un poco retrasados en las actualizaciones, pero entre las obligaciones personales y que estamos a dos semanas del inicio de todo esto, os tenemos un poco abandonados.

En lo que respecta a las mejoras de la suspensión del coche, buscamos, por un lado, comodidad para nuestras cervicales y, por otro, evitar golpear con los bajos del coche en el terreno. Por tanto teníamos que ganar altura y, a la vez, mejor absorción de los impactos.

Antes de explicaros lo que hicimos, tanto con la suspensión delantera como con la trasera, para solventar lo anteriormente mencionado, deciros que lo primero que nos hizo ganar ya algo de altura (unos 3 cm) fueron las pedazo de ruedas con las que vamos a afrontar el raid, o, al menos, las partes más exigentes. Así, los zapatitos que compramos para el Marbella son unas ruedas FEDIMA F/OR 155/80 R13 M+S. En el siguiente enlace podéis ver todas las especificaciones de las mismas:


Con los nuevos neumáticos montados ya nos hacíamos una idea de lo que necesitabamos conseguir. A plantear ideas de cómo conseguirlo.

Detalle de los neumáticos.

 Suspensión trasera

Lo más evidente aquí era prolongar las gemelas, parte posterior del anclaje de la ballesta. Y así lo hicimos con bastante antelación, antes incluso de empezar con la modificación, es decir, fabricamos unas gemelas que permitían variar la altura como más nos conviniera, pero el día que quisimos sustituir las originales por estas nos fue imposible, debido al diámetro de los agujeros del chasis sobre los cuales van ancladas las gemelas. Trabajo y tiempo perdido. Solución, tuvimos que modificar las gemelas originales, muy a nuestro pesar, pero es una pieza que podemos volver a su estado original o conseguir un recambio a un precio razonable.

Bilstein.

La suspensión trasera está compuesta de ballesta y amortiguador. La ballesta es de una sola lámina y nosotros decidimos añadir una más. Casualmente contábamos con un puente trasero de un Marbella en nuestros almacenes. Cortamos los extremos y la metimos por debajo de la original. Parece sencillo, pero plantó batalla, además de tener que sustituir un tornillo centrador por otro más largo que abarcara ambas. Con este cambio la estabilidad y dureza del coche mejoró notablemente. El problema nos lo encontramos con el amortiguador de serie, quedaba demasiado estirado. Y aquí le dimos un toque de calidad al conjunto al añadir unos amortiguadores Bilstein de gas que, al igual que el puente trasero, estaban cogiendo polvo en nuestros almacenes. Para poder encajarlos tuvimos que fabricar una pieza que enroscara en el vástago del amortiguador, con un trozo de macizo cuadrado y una tuerca conseguimos que quedara en su sitio. Además, intercambiamos las piezas de lado sobre las que ancla el amortiguador en la parte inferior, ganando más recorrido y verticalidad de trabajo.

Doble ballesta y el Bilstein con el anclaje superior.






El resultado final no podía haber sido más satisfactorio. Y las pruebas, incluso con peso (180 kilos y nosotros dos), así lo demostraron.

Suspensión delantera

Amortiguador y muelle. Durante principios de los 90 había lo que se conocía como Copa Marbella, tanto en circuitos como en tierra, los elementos que mejoraban las prestaciones de los coches eran innumerables,  y para los que corrían en tierra existían unos amortiguadores Koni que iban perfectos. Ilusos de nosotros que pensábamos que algo habría de segunda mano. Descartado. Encontramos información de que gente montaba los muelles de los primeros Skoda Felicia, fue como buscar una aguja en un pajar. 

Al final la decisión fue encargar unos muelles a medida. Bueno, nos los hacen, los cambiamos y problema resuelto. De fácil nada. Lo primero por el riesgo que supuso desmontar los muelles, y lo segundo porque fueron dos pares de muelles los que nos tuvieron que hacer. Los primero cedieron más de lo que pensábamos, incluso el delantero derecho cedió aún más que su pareja; y los segundos, metidos en prensa antes de montarlos, no llegaban a dar la altura que deseábamos. Hacer unos terceros supondría acortar el paso entre las vueltas con lo que el riesgo de “hacer tope” aumentaba. 

¿Qué podíamos hacer? ¿Dejarlo así y modificar la parte trasera? Después de lo bien que había quedado atrás era una pena deshacer el trabajo. Optamos por meter unos forros de teflón de 3 cm para conseguir la altura que queríamos. Para ello hubo que modificar las copelas, pero al igual que las gemelas, existen recambios a buen precio.

Muelles definitivos.
 ¡Y ahora sí! Listo y a probar. Espectacular el comportamiento del coche, se conduce bien, pasa perfectamente por cualquier terreno esté como esté de bacheado, aguanta la carga de los dos más el peso que le metemos atrás sin perder mucha altura…
 
Ciertamente es un lujo obtener resultados así después de las vueltas y revueltas que se dan hasta conseguir dar con la solución…

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